Isaac del Toro ha pasado rápidamente de ser una joven promesa a convertirse en uno de los ciclistas más comentados del pelotón. El joven mexicano, que corre para el UAE Team Emirates, ha elevado su estatus de forma dramática en 2025, sumando nueve victorias en diferentes terrenos y competiciones. Con una mezcla de triunfos en clásicas, títulos en vueltas por etapas e incluso una victoria en un Grand Tour, ha dejado claro que su talento no es solo futuro: ya está marcando el presente.
La temporada comenzó con una actuación contundente en la Milán-Turín, una de las clásicas más antiguas y prestigiosas del calendario. Del Toro atacó en las rampas del Superga y se impuso con fuerza, superando a escaladores consolidados. Ese triunfo fue más que un trofeo; fue una señal de que la progresión que había mostrado en 2024 no fue casualidad y de que estaba listo para dar el siguiente gran paso.
El Tour de Austria se convirtió en el escenario donde Del Toro realmente brilló. Ganó tres etapas consecutivas, dominando tanto en la montaña como en terrenos ondulados, y demostró que sus cualidades van mucho más allá de los finales explosivos. A esos triunfos de etapa añadió la victoria en la clasificación general, además de los maillots de la regularidad y de mejor joven. En solo unos días, transformó Austria en su propio terreno de juego y dejó claro que es igual de efectivo en pruebas por etapas que en clásicas de un día.
Su impulso continuó en España, donde conquistó la Vuelta a Burgos. En una carrera marcada por la exigente llegada en Lagunas de Neila, Del Toro sufrió un inoportuno pinchazo en los últimos kilómetros, pero tuvo la fortaleza de sobreponerse y asegurar el título general. Sumando también la clasificación de los jóvenes, volvió a demostrar que no solo es un cazador de etapas, sino también un corredor con la regularidad necesaria para luchar por generales.
El verano le trajo además dos victorias en clásicas. Ganó la Clásica Terres de l’Ebre con un ataque certero en el momento justo, dejando sin respuesta a sus rivales. Poco después, se impuso en el Circuito de Getxo, cruzando la meta con autoridad y confirmando su capacidad para aprovechar cualquier oportunidad en pruebas donde la táctica es tan decisiva como la fuerza física.
Uno de los momentos cumbre de su año llegó en el Giro de Italia. Del Toro se llevó la etapa 17 en Bormio, atacando con valentía en alta montaña y resistiendo a escaladores de primer nivel. Durante diez jornadas vistió la maglia rosa, liderando la carrera de la etapa 9 a la 19, antes de finalizar en la segunda posición de la general. Además, se llevó el maillot blanco de mejor joven, completando así una actuación en un Grand Tour que lo sitúa ya entre los mejores del mundo.
Cuando se cuentan los triunfos, el botín de Del Toro en 2025 es impresionante: Milán-Turín, tres etapas y la general del Tour de Austria, la general de la Vuelta a Burgos, la Clásica Terres de l’Ebre, el Circuito de Getxo y la etapa 17 del Giro de Italia. Nueve victorias en total, repartidas en carreras de prestigio y diferentes formatos, que enriquecen un palmarés en rápido crecimiento.
Estos logros se suman a su temporada 2024, cuando ganó la Vuelta a Asturias —incluyendo la clasificación por puntos y la primera etapa— y también una etapa en el Tour Down Under. Aquellos resultados iniciales fueron la base de lo que hoy se ha convertido en un año consagratorio, en el que su potencial se está transformando en victorias de peso.
Los aficionados y analistas ya sueñan con lo que puede venir. Algunos bromean con que, si su número de triunfos sigue multiplicándose por tres cada año —tres en 2024 y nueve en 2025—, entonces podría alcanzar la asombrosa cifra de veintisiete victorias en 2026. Aunque un registro así parece improbable en el ciclismo moderno, la simple especulación refleja la emoción que ha despertado su meteórico ascenso.
Lo que hace aún más emocionante su progresión no es solo la cantidad de triunfos, sino la variedad. Pocos corredores pueden presumir de victorias en clásicas, vueltas de una semana y grandes vueltas a una edad tan temprana. Del Toro está demostrando que sabe adaptarse a las exigencias de diferentes terrenos y tipos de carreras, lo que abre la puerta a éxitos todavía mayores.
Su crecimiento también ha sido posible gracias al entorno del UAE Team Emirates. Arropado por líderes como Tadej Pogačar y compañeros experimentados, ha disfrutado de la libertad para perseguir sus propios objetivos y, al mismo tiempo, del respaldo necesario para gestionar la presión. Ese equilibrio le ha permitido desarrollarse sin el peso que suele aplastar a otros jóvenes prodigios.
Para México, Isaac del Toro representa mucho más que un ciclista prometedor. Es un símbolo de orgullo nacional, el primer verdadero aspirante a los títulos más grandes del ciclismo mundial. Sus victorias no solo generan admiración, sino que inspiran a toda una nueva generación de ciclistas en su país. Con nueve triunfos ya en 2025 y una trayectoria ascendente, Del Toro se ha convertido en un referente. Y aunque veintisiete victorias en 2026 parezcan un sueño, su historia está demostrando que ningún objetivo es demasiado ambicioso.