El ex ciclista mexicano, quien ganó tres etapas en el Giro de Italia en 2001 y 2002, desmenuza para Sports Illustrated México el desempeño que llevó an Isaac Del Toro al subcampeonato de la carrera italiana.
Julio Alberto Pérez Cuapio, ganador de tres etapas del Giro de Italia (etapa 13 en 2001; etapas 13 y 16 en 2002), revivió emociones profundas al ver cómo un mexicano retomaba el lugar que él dejó en el ciclismo profesional, representado ahora por Isaac del Toro tras su destacado subcampeonato en Italia. Para él, fue un momento cargado de significado que reflejó la continuidad de un sueño que comenzó años atrás.
En entrevista vía telefónica desde Roma, el ex ciclista confesó a Sports Illustrated México que lo realizado por Isaac del Toro durante los 21 días del Giro de Italia —11 de ellos portando la Maglia Rosa— ha sido, para él, lo mejor que ha presenciado en el mundo del ciclismo, especialmente en el Giro y dentro del exigente escenario de las Grandes Vueltas.
Solo quienes han competido en carreras de esa magnitud pueden comprender, desde dentro, lo que significa vivir esa experiencia y está convencido de que ese deseo de victoria, esa espina que seguramente quedó clavada en Isaac, será lo que alimente su ambición y fortalezca su estrategia en los retos que vendrán.
Julio, con lo que ha mostrado Isaac del Toro en esta carrera, ¿crees que tiene el perfil para convertirse en un contendiente serio a ganar una Gran Vuelta en el futuro, o aún es pronto para hacer ese tipo de proyecciones?
Con todo lo que mostró Isaac, definitivamente tiene el perfil para ser un ganador de las Grandes Vueltas. No es demasiado pronto para decirlo; está claro que él tiene el talento necesario para lograrlo. El hecho de contar con cualidades como buen sprinter no significa que sea un ganador típico, pero tampoco llega muy atrás de ellos, sino que se mete entre los mejores, y esa es una característica muy importante.
Como escalador, quizás no hace grandes diferencias, pero tampoco es de los que se quedan atrás. Sabe defenderse muy bien, y en la contrarreloj lo he visto competir con buen nivel. Por ejemplo, cuando tenía el suéter rosa le tocó enfrentar la lluvia, lo que le hizo perder algo de tiempo, pero aun así la pérdida fue mínima. Yo puedo decir que cuando participé en contrarreloj y no tenía sus cualidades, podía perder hasta cinco minutos; Isaac, a pesar de la lluvia, perdió solo dos minutos, y sin lluvia probablemente hubiera perdido apenas uno.
Esa es una cualidad fundamental para los campeones y ganadores de las Grandes Vueltas. Él tiene esas cualidades; yo no las tenía. Yo fui un escalador puro, y como tal logré ganar etapas de alta montaña, incluyendo el suéter de campeón de montaña, que es un gran orgullo.
Un mexicano líder en el Giro ¿Qué sentiste al ver a un mexicano portar la Maglia Rosa durante más de 11 días? ¿Imaginaste que algo así fuera posible en tu época?
Sentí una gran emoción al ver que un mexicano ocupó el lugar que Julio Alberto Pérez Cuapio dejó en el ciclismo profesional, y que ese espacio fue cubierto por Isaac del Toro, especialmente con los grandes resultados que ha conseguido. Fue una enorme satisfacción para mí ver nuevamente a un mexicano triunfar en una de las Grandes Vueltas. En mi época, hice todo lo posible por buscar una clasificación, pero me resultó muy difícil debido an mis características como deportista, diferentes a las de Isaac.
Isaac del Toro lideró una de las carreras más grandes del mundo. ¿Te viste reflejado en su valentía, su estilo de atacar en la montaña, su juventud?
Ver a Isaac ganar o liderar una de las carreras más importantes del mundo fue un acto de valentía. Demostró un enorme deseo de triunfar. Cada día lo vimos activo, al frente, siempre con una actitud positiva. En varios momentos me sentí reflejado en ese gran anhelo de ganar que yo también tuve. También me identifiqué con esas ocasiones en las que parecía perder el control de la competencia, cuando solo quería atacar y darlo todo para lograr la victoria. En Isaac del Toro vi movimientos muy similares.
Fuiste el primero en poner a México en el mapa del Giro con tus triunfos. ¿Sientes que Isaac está escribiendo el siguiente capítulo de esa historia que tú comenzaste?
Sí, considero que Isaac está escribiendo —o más bien reescribiendo— la historia del ciclismo mexicano, especialmente la de los campeones nacionales en el Giro de Italia. Creo firmemente que está dando continuidad a ese legado. Es, sin duda, lo mejor que he podido presenciar dentro del ciclismo, y en particular en el Giro de Italia y en el contexto de las Grandes Vueltas.
Solo quien ha corrido el Giro entiende lo que significa vestir la Maglia Rosa. ¿Qué crees que aprendió Isaac durante esos días como líder? ¿Cómo cambia la cabeza y el cuerpo al portar ese símbolo?
Quienes hemos corrido estas Grandes Vueltas somos los que realmente podemos entender, desde dentro, la posición de Isaac. Participar en una carrera así te cambia profundamente: moralmente, físicamente, y también en tu forma de ver la competencia. El deseo de ganar, esa espina que seguramente quedó en Isaac, es precisamente lo que alimenta la ambición y fortalece la estrategia. Físicamente haces todo lo posible por prepararte para resistir los 21 días, para superar cada etapa, como lo fue la durísima etapa 20. Cambias tu manera de competir y de pensar en la carrera.
Terminar en el podio del Giro con solo 21 años. ¿Qué dice eso del potencial de Isaac, y qué riesgos conlleva un ascenso tan rápido en este deporte?
Si lo pensamos desde una perspectiva individual, lo que ha logrado Isaac no es algo que consiga cualquiera. Por supuesto, se trata también de las cualidades excepcionales que él posee. Un ascenso tan rápido no ocurre por casualidad. Isaac tiene unas capacidades que, sin duda, son muy distintas a las mías, y creo que eso le permitirá alcanzar cosas mucho mayores de las que yo logré. No veo ninguna consecuencia negativa en su rápido progreso; al contrario, de los errores se aprende, y eso es lo que fortalece a un deportista. Creo que este también es el caso de Isaac: su capacidad para madurar y evolucionar será una de sus mayores virtudes. Su edad no representa ninguna desventaja; más bien, es una oportunidad para crecer aún más sin que nada lo detenga.
¿Crees que Isaac del Toro se ha convertido en algo más que un ciclista? ¿Tal vez en un símbolo de lo que podría ser el deporte mexicano si se apoya de verdad?
Isaac del Toro se ha convertido, sin duda, en un símbolo muy atractivo en este momento. Su impacto puede ser clave para impulsar el apoyo al deporte mexicano. Esperemos que ese impulso venga de buenos promotores, personas con visión y verdadero compromiso para fomentar el deporte. Porque, siendo realistas, el deporte en México atraviesa una etapa complicada, especialmente si lo comparamos con el nivel y la estructura que existe en Europa. Sin embargo, estoy convencido de que todo es cuestión de contar con las personas adecuadas en los lugares clave.
¿Qué debería cuidar ahora que está en la cima?
En la juventud se cometen errores, y es natural; lo importante es aprender de ellos y corregirlos. Muchas veces, los resultados no se dan como esperamos justamente por falta de experiencia. La juventud, en ciertos momentos, puede jugar en contra, especialmente cuando se trata de alcanzar grandes resultados en competencias de alto nivel.
¿Esto que hizo Isaac es un parteaguas real para el ciclismo mexicano? ¿Qué se necesita para que no sea una excepción?
En este momento, Isaac es, sin duda, lo más atractivo que tiene el deporte mexicano, especialmente en el ciclismo. Ahora, lo fundamental es que las personas involucradas sepan construir proyectos a largo plazo, para que su caso no sea solo una excepción momentánea, sino el inicio de un verdadero proceso de desarrollo para el ciclismo y el deporte en general.
Julio, como exciclista de Grandes Vueltas, ¿cómo viste la estrategia del equipo de Isaac del Toro en la etapa 20? ¿Te pareció acertada o hubo errores de planteamiento?
La estrategia del equipo, sinceramente, todavía me genera cierta confusión. Aún no termino de entender del todo lo que ocurrió. Seguramente hubo errores, y creo que varios de ellos fueron bastante evidentes desde fuera. Confío en que con el tiempo sabrán analizarlos y corregirlos. La verdad es que no podría señalar con exactitud cuáles fueron ni en qué momento ocurrieron. Desde mi perspectiva, sí noto un par de fallos, pero desconozco cómo los están evaluando internamente dentro del equipo.
¿Crees que el equipo subestimó a los rivales o fue simplemente un día complicado en términos de condiciones de carrera?
Pues no creo que que no haya tenido una buena táctica de competencia. Los errores existieron. Los rivales no fueron subestimados. Pero la verdad es que no lo entiendo. Si sea un error del equipo directamente o posiblemente la misma juventud de Isaac lo pudo haber llevado a cometer este tipo de errores.
¿Viste falta de apoyo del equipo en momentos clave de la etapa? ¿Qué hubieras hecho tú en una situación similar?
Creo que Isaac contó con un muy buen apoyo. Si hablamos de Tadej Pogacar, quien es el líder del equipo en los momentos más importantes, también estuvo prácticamente solo. La diferencia es que las responsabilidades son enormes, y Pogacar supo responderlas con precisión. En este caso, repito, la inexperiencia de Isaac probablemente fue lo que lo llevó a terminar en esas condiciones.
Desde mi punto de vista, como joven, posiblemente habría cometido los mismos errores, o incluso peores. Pero con la experiencia, se ve la carrera de otra manera. En el momento de perder el primer lugar, con mi experiencia, seguramente habría dado todo lo que tenía para salvar esa posición en los últimos 30 kilómetros.
Insisto, esto lo digo solo desde la experiencia. Pero fue un error dejar escapar —o regalar— el Giro de Italia, ya que en esos últimos 30 kilómetros Isaac prácticamente no hizo nada. Esta es la parte que quiero recalcar, y la atribuyo a la diferencia entre juventud y experiencia; quizás con juventud habría cometido un error aún peor.
A pesar de perder el liderato, ¿qué aspectos positivos destacarías de su desempeño?
Perdió el liderato, es cierto. Pero, insisto, eso fue un error y una mala experiencia para Isaac, de la cual seguramente aprenderá y con la que podrá mejorar para lograr mucho más. Lo positivo es que ya entregó mucho: por él mismo, por el equipo y por el renombre de México. El impacto del nombre de Isaac sigue creciendo, nos dio grandes emociones y nos deja la esperanza de que en los próximos años su desempeño será aún mejor y más destacado.